jueves, 11 de marzo de 2010

Desobediencia


Me encontraba caminando acompañado de mi cámara por las callejuelas del ferrolano barrio de Esteiro cuando una voz sonó a mi espalda. "Tío, hazme una foto". Al darme la vuelta me encontré con el sonriente colega. Accedí con una mezcla de desconfianza y sorpresa y le dije: "Vale, ponte aquí".
Click, click. Dos rápidas y precipitadas fotos, no vayamos a tentar a la suerte, y una fugaz despedida. "¿Es para el periódico?". "No, estoy haciendo un reportaje". "Vale, tío, de p...m..."
"Vale, gracias, hasta luego".
Más tarde, al visualizar la foto en la pantalla de mi cámara, pude ver la palabra del fondo. En el momento de disparar no fui consciente de ese detalle.
Gracias, mi anónimo colega.

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